Desde el nacimiento de los Morbid Angel, Trey Azagthoth ha sido el hombre misterioso. David Vincent, el frontman y bajista de la banda ha sido siempre el centro de atención debido a sus creencias, ya fueran nazis o satánicas pero Trey se ha mantenido en el anonimato. Ahora sin embargo Trey nos concede esta entrevista saliendo de su secretismo.
“Acabo de decidir que está realmente bien el ser capaz de comunicarme con la gente. Tengo un montón de cosas que decir y acabo de descubrir cómo controlar y concentrar mi odio, porque mi odio me estaba rasgando, haciéndome odiar a todo el mundo. Los estaba odiando porque mi odio no tiene límites. Pero esta situación es patética, porque el odio es una emoción. Es como si hubiera aprendido a regularlo y así empezar a ver a la gente como las magníficas cosas que son y observando las cosas que ellos hacen, de lo que puedo aprender”.
Es algo muy extraño estar aquí hablando con Trey, porque esperas que sea un poco esquivo. Pero, sin embargo, Trey no se esconde detrás de su pelo. Ni tampoco te responde con respuestas cortas o de una sola frase. De hecho habla tan rápidamente y tan excitadamente que, a pesar de que oyes cada una de sus palabras, es casi imposible seguir el tren de sus pensamientos. Es como si hubiera madurado y abandonado los aspectos más infantiles de la parafernalia satánica.
“¿Madurado? Eso está bien, me siento como si tuviera dieciséis años! pero he abierto mi mente y le he echado un segundo vistazo a las cosas y he intentado eliminar la manera con la que antes las miraba. Soy capaz del máximo odio del mundo, pero no voy ha estar viviendo siempre con ese estándar porque eso ya pertenece al pasado. Ahora lo más importante para mí es la alegría y el placer. He descubierto que mi creatividad está mucho más inspirada cuando me siento bien por dentro. No quiero decir sagrado, no tiene que ver con lo sagrado; lo bueno es algo que me refuerza, algo que me hace sentir inspirado”.
Date cuenta de que es la palabra “bueno” la que utiliza -algo que no esperarias de un satanista en ese contexto. Pero Trey tiene más sorpresas.
“Realmente no soy un verdadero satanista. Soy un satanista si se trata de escoger entre el satanismo y el cristianismo, pero yo veo las cosas más allá. Soy leal a mí mismo, me gusta estar abierto a todo lo que me puede servir. Hay algunas cosas en el satanismo que no me convencen. El resumen de todo el pensamiento del cristianismo es ser un cordero que necesita de un pastor; yo siento que no necesito eso, puedo tomar mis propias decisiones. Mi mensaje a la gente es que mi parte de Morbid Angel acostumbraba a ser un arma contra el cristianismo pero ahora es más que eso. Es más un arma contra cualquier tipo de organización o grupo que intentara apagar el potencial de la gente o robar sus sueños. Para mÌ la gente es increÌble y tienen mucho potencial. Cada persona en este planeta, si no han nacido con algún extraño tipo de discapacidad que realmente obstaculizara su cerebro, tiene un potencial absoluto. Cuando nacen tienen un potencial ilimitado, esa es la manera como yo lo veo. Cuando la gente piensa “Guau! Soy capaz de todo” es magnífico. La gente es única, deja que brille su individualidad. El mundo es un sitio grande, deja a esas personas que sean de su manera y hagan sus cosas. Hay un montón de espacio en el mundo para que la gente sea ella misma.
Las únicas leyes necesarias sería hacer lo que creas que es mejor para tí pero sin infringir los derechos de los demás. Y cuando alguien te viene y te intenta parar en lo que haces, entonces intenta negociar. Pero si es cuestión de tú o ellos, entonces deberías tener el derecho a continuar tu camino. Eso da lugar a la pregunta: “¿Tengo derecho a ser yo mismo?” Creo que lo tienes”.
Es obvio que Trey ha estado pensando; sin embargo hay algunos flacos en sus creencias. Si todo el mundo tuviera que tener éxito, entonces ¿quién limpiaría las calles? ¿quién trabajaría en las fábricas produciendo microchips? El hecho es que no todo el mundo puede ser “alguien”. Cuando intentas explicárselo a Trey, sin embargo, se muestra en desacuerdo y no acepta la teoría.
“La cosa más importante cuando yo era pequeño era el cristianismo. Veia que el cristianismo era lo opuesto a que la gente pudiera ser ella misma. Ellos te decían que debes aceptar la sangre de Jesucristo, y si no lo haces estás condenado. Para mí, eso es muy limitante. Pienso que sería suficiente decir: “Si quieres formar parte del cielo entonces tienes que hacer esto”. Pero, ¿cómo pueden decir ellos que sólo hay un cielo? ¿cómo pueden decir ellos que eso es lo único bueno? No pienso que eso esté bien”. Y añade Trey: “Nuestros textos son destructivos, tocan el Cristianismo porque es un arte de brain-washing. Pero, por otra parte, son fuertes y con una mentalidad propia, un verdadero “trueliving”.
“Pienso que cada uno debería cuestionárselo todo por sí mismo. Tú no tienes que decir “esta es la única manera de la que es”, tú tienes una opción -puedes seguir por tí mismo y poder hacer un cambio. Quizás tú tienes agallas de levantarte y empezar una reacción en cadena. Pienso que un montón de gente está tan preocupada de si es aceptada o no que irían contra su propia moral o sus propias creencias para poder encajar con algo”.
Lo principal sobre Trey es su obsesión por su guitarra. Es sabido que en casa Trey pasa la mayoría de su tiempo tocándola. Está tan obsesionado que incluso ha traído su guitarra consigo a la entrevista, y después me hace algunas demostraciones de algunas de sus habilidades. Cuando él toca su guitarra se siente totalmente como en casa.
“La música es siempre muy importante. Es arte, es una expresión. Cuando escribo algunos riffs, creo que marco la diferencia; intento añadir algo que pueda incentivar a los demás de la misma manera que yo lo fuí cuando Eddie Van Halen apareció por primera vez. Para mí él es el mejor guitarrista, por lo menos en América, porque él cambió mucho. Me gustaría cambiar las cosas. Quizás no a esa escala, pero tengo un montón de ideas. Me gusta salir ahí fuera y construir algo. No importa qué es guay y qué no lo es hoy en día, no importa si no encaja. Escribo una canción porque quiero imprimir esa canción en el CD con un gran sonido y ser capaz de sentarme y disfrutarla. Eso es una total autoindulgencia. Escribí el riff de “Where The Slime Live” y para mí eso tenía que ser construido. Cuando lo escucho es algo maravilloso. El siguiente paso es cuando puedo compartir eso con los demás”.
Lo que Trey ha introducido en el mundo de la guitarra es su personal estilo, ya descrito por muchos como el sonido de alguien tocándola desde atrás.
“No soy el único que lo puede hacer, todo el mundo puede hacerlo. En cuanto se pongan ha pensarlo, ya lo están haciendo”.